Historia de la Literatura de Cordel
Por Patricia Brogna, Argentina/Mexico (Published in Issue 6)
El origen de la LITERATURA DE CORDEL se ubica en el siglo XVI, en la península ibérica. Durante el medioevo los poetas populares utilizaban este medio para contar casos verdaderos o ficticios relacionados con la cultura de determinada región. Se lo llama Literatura de Cordel porque las hojas se encontraban colgadas en cordeles o sogas en las plazas públicas y las ferias populares.
Esas composiciones impresas eran conocidas como "pliegos sueltos" en España y "hojas volantes" en Portugal; a través de su práctica se transmitían cantos profanos, sátiras, y se ironizaba sobre los poderes políticos (sobre todo el de la iglesia católica medieval) de la época. Era una alternativa barata, muchas veces manuscrita (se relaciona su origen en el proceso de "secado" de los libros escritos por los monjes) y que acercaba la producción literaria (anónima o de autor) al pueblo. Era una práctica contemporánea a los juglares y los trovadores. Generalmente se acompañaba de grabados que promocionaban las situaciones relatadas.
La LITERATURA DE CORDEL se traslada a América y es incorporada sobre todo por los pueblos de México, Colombia y del nordeste de Brasil, donde ha tomado una dimensión propia afincada en la tradición popular y es actualmente, en ese país, una práctica habitual de literatura por fuera de los circuitos comerciales. Es una actividad colectiva, donde las personas eligen y cuelgan textos propios o de otros autores en un espacio abierto por el que transitan “desprevenidos” lectores.
La primera edición de Literatura de Cordel se realizó en San Martín de los Andes en febrero de 2003 organizada por Gustavo Santos y Patricia Brogna. Desde entonces se han realizado ediciones consecutivas e ininterrumpidas a las que se han sumado, en cada oportunidad, nuevas sedes: San Martín de los Andes y Catriel en Argentina, Coyoacán, Cuernavaca, Tlaxcala y Tepito, en México.
La propuesta es sacar la literatura al espacio público, liberarla de posturas intelectualistas, bajarla del estante polvoriento del librero, rescatarla de la soledad de las bibliotecas y aún del formato cerrado del libro. Es una actividad abierta, gratuita, sin pretensiones comerciales, que dispone de un espacio efímero para el encuentro entre un texto y un lector. Letras que huyen de cepos y celdas, letras en fuga de las que somos cómplices activos y orgullosos.
Para mayor información contactar Patricia Brogna: p_brogna@hotmail.com